jueves, 21 de agosto de 2008

“LA ZONA” – QUITO: decepción en prosa

Las calles se mojan y se vuelven a secar, el humo se mezcla con los alardes de diversión de la “zona”. La gente va y viene, algunos con el sueño del turista local y la ilusión del extranjero, otros van con la fantasía de la re-apropiación instantánea. La cerveza es la misma, lo que aparentemente se venden son los interiores de los locales, forrados de objetos aviejados y novísimas estatuas de vanguardismo, grandes estanterías y espectaculares bares metalizados con pantallas gigantes y parlantes nítidos para afrontar las multitudes.

Todos los nuevos colores por las mismas calles; se renuevan las ganas con el exceso y las aspiraciones de una diversión que nos lleve a una cumbre definitiva, que posiblemente nunca se dará. Aquí están las listas de peticiones, membretadas para cada uno, luchando por la individualidad dentro de la generalidad. Individualidades grupales, las nuevas culturas juveniles con su singularidad de relato, colores e ideas para el mundo.

Los bares, los locales, los hostales, las esquinas de venta, las licorerías, estuvieron conformando un sitio de desfogue, un lugar a donde podamos escapar de la linealidad de las oficinas y los horarios, de los autos y los semáforos. Las aulas se quedan más vacías los viernes, despojadas violentamente de las presencias transformadas en entes de búsqueda mediante los antídotos propuestos en las estéticas del bar de moda. Una ingeniería revuelta entre publicidad y necesidades satisfechas, arcas de dinero con síntomas de metamorfosis. En la ciudad ayer se erigieron edificios angulosos y redondos, los nuevos dueños les cambian de nombre, de color, de tapetes, de gente, de show.

Ese aire de distinción absurda, pues convive con la miseria de la ciudad, realza su ubicación y sus contradicciones sociales.

Las vertientes de autos y buses a las horas de la tarde de cualquier día, mezclan la semblanza del diálogo simple de una “caída de amigos” o una cita para bailar un ritmo de moda. Pero aun es más; es derroche, exceso, encuentro, afición, erotismo urbano. Materialidad o no, las modas se entremezclan de una u otra manera, la noche hace más vistosas las diferencias, los golpes, la delincuencia, los desencuentros.

Cada parlante de cada bar exhibe su variante. Cada dos cuadras jazz, rock, bosanova y más arriba reggaeton. Un bar de rockeros extremos, 40 improvizados, 100 borrachos, 6 asustados, mucho humo de todo, prostitutas y cuidadores, chicos y chicas, parejas enamoradas, encontrones, cerveza hasta las veredas, luchas tribales.

Las microhistorias de tantas variantes de librepensadores, pescadores de la oportunidad, melancolía y moda a ultranza; tantas enumeraciones para miles de poemas y notas periodísticas y materiales para todos.

La diversidad de ambientes y significaciones, hace de “la zona” una especie de torre de Babel aplanada por la exigencia de la ciudad. Un lienzo abierto en expansión, un ensayo que se escribe en grafiti y canciones tarareadas en las barras de los bares. Del reggaetón al rock clásico, del punk al hardcore, desde las 3pm hasta las 6am, del blanco al negro, de día y de noche. 

Una coreografía informe y organizada por la admisión en codigofagía de las nuevas expresiones juveniles, una suerte de represalias generacionales embestidas de rock. Se allanan las fronteras -en parte- para la traducción comercial de las ideas. 

Los prejuicios, la pobreza, el arte, el placer y la moda.

viernes, 23 de mayo de 2008

Apuntes referidos acerca de John Lennon y Paul McCartney





Hace mucho que no oía caer la aguja sobre el vinil; un breve ruido del tiempo transcurrido, y listo ¡

Los dos formaban una voz única, algo que es muy difícil de hallar. A pesar de que muchos renieguen y otros se enorgullezcan, The Beatles son un hito, un camino distinto del rock, una referencia polémica y fidedigna al mismo tiempo, así como las voces de John y Paul juntos “la una afilada y nasal, la otra redondeada...”

Para muchos han quedado atrás, y para los que siguen echándoles demasiados elogios, viven aún porque han oído más allá del álbum “Revolver”. Al parecer todos los procesos de bandas rock poseen una especie de rechazo al conformismo, un lanzamiento a la experimentación. Una cualidad inmediata y que no tiene nada que ver con el estrellato, sino con la fibra emocional de la realidad. Las drogas, las ropas y todo lo demás, tan sólo son los adornos, los estribos imposibles, lo que las cosas no podrán jamás expresar acerca del rock.

El rock es realidad, Jim decía que era muerte, tal vez John comentase: “… la muerte? Acaso ella no es parte de la vida?”… Las drogas son una conjetura de la sociedad, un pensamiento dirigido al juicio antes que a la contemplación.

Playboy: ¿Cocaína?
John Lennon: He tomado cocaína, pero no me gusta. Todos los Beatles abusamos de ella en su momento pero nos dimos cuenta de que era una sustancia imbécil…Creo que la cafeína es parecida y es menos peligrosa…

Playboy: ¿Ácido?
John Lennon: Hace años que no lo pruebo…pero tuve millones de viajes en los 60.

(Entrevista Revista Playboy a John Lennon, feb 1980)

John al contrario de Paul, afrontaba con cinismo, rebeldía e inconformismo su composición. McCartney es un músico completo, con gran variedad de éxitos comerciales y elocuentes. Referente de un sentido del rock & pop.


Tal vez Lennon haya sido más solidario con el mundo y sus ideas, y no fue necesario que traduzca su expresión en formatos muy masivos. Sin embargo su mensaje llegó, y aunque su significado para los menos enterados sea un estereotipo de algo que dice paz y amor, la obra de Lennon es más artística y abierta que tan sólo “canciones de éxito”.

Yoko y Lennon, eran parte del sentido interrogante de los 60’s y 70’s caminando por el rock. Su propaganda reformaba la forma de decirlo sin afectar fácilmente las suspicacias del orden y el poder; utilizaban la música, y una especie de arte vanguardista y simple.


Los demás medios a su alcance, les permitió lograr lo que ahora podría ser más efectivo para cualquier artista con los alcances de la difusión que permite la fama. Aunque la fortuna material los rodeaba, dedicaron sus fuerzas y contingente hacia una causa. Creo que McCartney se embarcó en algo diametralmente opuesto, demostrando que la sociedad con Lennon era un vehículo distinto que se fue resquebrajando al ir cambiando sus objetivos.


Playboy: En las mayoría de sus entrevistas, John dijo que nunca extrañó ser Beatle. ¿Le creíste?

Paul: No lo se… Mi teoría es que realmente no lo extrañaba. Alguien como John hubiera deseado terminar el periodo Beatle y comenzar el periodo Yoko y no le hubiera gustado que ninguno interfiriera con el otro. Como él estaba con Yoko, cualquier cosa de Los Beatles inevitablemente tendía a ser una intromisión. Así que yo pienso, que él estaba tan interesado en su nueva vida que genuinamente no extrañaba la otra.

(Paul y Linda McCartney, entrevista de Playboy, 1983)


Si escuchamos “A Day in the Life”, podríamos entender algo más de su conjunción. La primera parte es autoría de Lennon, tan sólo leía el periódico y se fijo en dos noticias, Paul completó la parte intermedia con una canción diferente, pero que al ser amalgamada por ellos, terminó siendo una obra fabulosa, algo que el mismo Lennon alabó. Fueron los momentos de alineación natural de dos órbitas súbitas, de 2 creencias musicales diferentes, algo simple y expresivo.


Muchos me han comentado que The Beatles nunca podrán ser lo que su fama prescribe y estoy de acuerdo, pero muchos olvidan su música y se obsesionan con lo que les han contado, eso que se pierde naturalmente debido al tiempo y a las tendencias remarcadas a diario en los medios totales.


Playboy: ¿Qué opinas acerca de “A day in the life”?
John Lennon: Estaba leyendo un día el periódico y leí dos noticias. Una era sobre el heredero de Guiness que se había matado en coche…En la siguiente página estaba la noticia de los agujeros en Blackburm…Incluí todo eso en la letra. La contribución de Paul es la fantástica parte central. Creo que la canción es jodidamente buena.

(Entrevista Revista Playboy a John Lennon, feb 1980)

Menos mal el rock tiene la capacidad (aun) de sacudirse del atolondramiento en el cual nos sumergimos, y eso precisamente tuvo The Beatles en su momento, y para mi opinión, lo sigue poseyendo Lennon, sin querer desmerecer a nadie. Su muerte es tan sólo un significado más que desentrañar, algo que tuvo que ver paradójicamente con su lucha en vida. Podría decir que la CIA y el FBI buscaron su muerte, pero a lo mejor ya hay pruebas contundentes que explicarían de mejor manera la suerte de John ante “otro loco solitario”, al igual que John F. Kennedy o Luther King. ¿Qué querían todos ellos? ¿A quienes y a qué se opusieron?

La disputa entre John y Paul, admitiendo objeciones, fue la de 2 amigos, 2 “compinches” artísticos; su expresiones son diametralmente distintas, The Beatles los ayudó a saberlo.


Playboy: Cuéntanos qué aportaba Paul al equipo Lennon-McCartney
Lennon: El era el optimista y yo el melancólico…Es muy bueno con las melodías, pero yo no me quedo corto…Él tiene mucha preparación y sabe tocar un montón de instrumentos…Él solía decir “¿por qué no cambias eso? has repetido esa nota 50 veces”…y yo no me había dado cuenta.

Playboy: ¿Y qué pasa con las letras?
Lennon: Paul es un gran letrista pero él no se lo cree, y por eso no se esfuerza. “Hey Jude” es una letra jodidamente buena.

(Entrevista Revista Playboy a John Lennon, feb 1980)

John y Paul nunca llegaron a conciliar sus diferencias como lo hacían por medio de la música. Cuando se le preguntó a Lennon qué esperaba del presente, éste dijo: “…Podemos hacer realidad nuestros sueños. Todo es posible… no esperen que ni Ronald Reagan, ni Bob Dylan, ni John Lennon, ni Yoko, ni Jesucristo vayan a hacerlo por vosotros…Tenéis que hacerlo vosotros mismos, son vuestros sueños”.

Creo que la diferencia está en el mensaje y no en las formas. No somos los nombres de un grupo, ni las cosas que rodea una fama, ni nuestras posesiones materiales, todo aquello es importante por nosotros, porque nosotros les dimos ese espacio en nuestro interés. El marxismo lo dice alienación, pero ¿Qué “ismo” no lo es? La izquierda consumió vidas y dejó legados que ahora irónicamente son discutidos para re-apropiarlos a un encarnizado capitalismo. Entonces qué importante es tener el arte, mientras más cercano a nosotros mejor.
Incluso los excluyentes y despreciables círculos V.I.P. e intelectuales, tendrán que admitir que su estúpido sentido epicúreo no nos privará de la expresión, pues el arte no es un mandato, sino una necesidad.

Es por nosotros que el rock llega a conmovernos, el arte no es más que la redundancia magnifica de la realidad.

Al final del disco, la aguja empezó a chocar contra el borde insonoro ubicada al final de la imperceptible sinuosidad de los surcos. Pienso que al fin y al cabo todo lo que pasa está dentro del tiempo y no vuelve, creo que hay que saber si escuchar o solamente oír. The Beatles son mi excusa inicial.

viernes, 25 de abril de 2008

parte 5


En un momento del concierto, con poco español y un inglés muy básico, Ray trató de explicar algo muy importante que a estos dinosaurios del rock los motiva aun. Habló de la necesidad de unión entre la humanidad, del rechazo a todo tipo de imperialismo y la solicitud amplia de libertad e igualdad. Aunque fue difícil seguirle, se notaba que a The Doors no sólo le motivaba el estrellato, ni imaginarlo. The Doors llegaron hasta tocar en México a finales de 1969 en un lugar muy pequeño, su recibimiento fue álgido y sentido.


Eran otros tiempos, más combativos, menos fugaces. El intento fue bueno a mi entender, y destacaba la sencillez de la propuesta. Puede que no se los note muy fuertes para emprender campañas progresistas, pero su música es invencible. Las temáticas pudieron cambiar, pero las injusticias y las estupideces políticas internacionales aun superviven. La guerra no ha sido derrotada y tampoco la injusticia.

¿Acaso no es válido vivir algo que anhelas con el corazón?

PUNTOS VARIOS

Muchos han opinado acerca de que el concierto estuvo muy corto (casi dos horas) y que los 20 min de pausa afectó la duración y que las canciones esperadas no se ejecutaron. Sí es cierto todo esto. Pero también habrá que tomar en cuenta algunos aspectos: no son músicos treintañeros, y lanzarse a una gira requiere de fuerzas y buen descanso. Si querían algo de solidaridad de parte de los músicos, pues bueno si no los puteaban a los chapas desde el micrófono el vocalista ¿quién más lo iba a hacer? Es decir nosotros lo hicimos, pero no con la elocuencia que un sistema de amplificación lo permite. Creo que no habría nunca un tiempo suficiente para The Doors, para mi que no sólo faltaron las típicas, se quedaron muchas más pendientes, no habrá nunca el tiempo suficiente. Al menos debemos saber que lo que presenciamos, nunca más lo volveremos a disfrutar, con los músicos originales, nunca más.


GRACIAS

A mi querida Pao, Pao Guijarro, Paúl Salas, Chako y Clau, Daniel Pinto, Oscarín... y a todos los panas que han estado antes de que se dé este evento histórico ...

parte 4

Podría hablar en detalle de todas las canciones, pero bueno, si quieren me preguntan.

Aquí la lista en total desorden la lista de canciones de esa noche:

Back door man: una versión sin demasiadas sorpresas, lo acostumbrado.

Gloria: tema coreado por todos en especial su coro, Buena interpretación. Otra vez los silencios y las entradas milimétricas, se puede destacar que al músico siempre le quedará el compás.

The soft parade: alucinante, genial, versión extendida. Toda la prosa atiempo, los momentos que forman la canción fueron reproducidos con estilo... fue un momento glorioso, inolvidable... toda la instrumentación entró a tiempo, un tema ejecutado con pasión... gracias Jim... gracias The Doors... gracias....

Mooonlight drive (horse latitudes): espectacular, alucinante guitarra, un solo idéntico con el acostumbrado slide-krieger. La poesía recitada no hizo sino solemnizarla más. “Horse Latitudes” la recitó al final del tema y no al final como en las versiones conocidas.

The changeling: un tema para especialistas, tema uno del album “LA Woman”, habla de las ansias de Morrison a desaparecer y reaparecer en donde sea con tal de no ser tomado como una “estrella del rock”.

Light my fire: la última canción, muy esperada y coreada por todo el público. Contó otra vez con la brillante participación de Ray y Robbie. Los demás músicos también tuvieron su momento para solear aunque en menor tiempo. El detalle al parecer los motivó, esta banda suena bien.

Spanish caravan: le antecedió un número casi teatral entre robbie y ray. El guitarrista tomó su guitarra acústica y empezó a repasar las tonadas de su adolescencia, cuando aprendía flamenco. Su nitidez y soltura sorprendió. Luego salió Ray y empezó a imitar a un torero, esto no simpatizó a muchos, pues la fiesta de los toros no va. De todas maneras, se logró pasar este incomodo momento, producto seguramente de una mala asesoría. Luego vino la música, Ray retomó al tema junto a la batería y el bajo, Robbie jamás soltó la guitarra acústica. Todos/as quedamos de nuevo relucientes.


Alabama Song: me sorprendió, todos se la sabían. Pensé que sólo nos la sabíamos el chako, la clau y yo cuando despedimos algún año en su terraza. Fue muy motivante cantarla con los músicos originales y los panas. Adecuadamente festivo…

parte 3


En un inicio lo habíamos olvidado, pero bueno ya lo logramos y nadie revisó con detenimiento. Pensé encontrar perros y mucha desconfianza, pero no. No podría definir qué tipo de tolerancia se entiende acá, lo único cierto es que la pudimos probar, gozarla y saborearla. Aditamento adicional.

Cuando entramos la parte de abajo estaba casi llena y muy pocas personas pretendían bajar. Las generales se llenaban rápidamente y después de perdernos todos, nos pudimos volver a juntar y esperar. El concierto estaba planificado para las 8pm, pero no fue sino hasta las 9:20pm que salieron con un espectacular recibimiento, “riders on the storm” (para mi entender The Doors menos 1/3).

Con el estereotipado “ladies and gentleman, from L.A. California…” los músicos salieron entre aplausos y fervientes gritos. No pasó mucho para que empiecen con “Love me two Times”, al parecer todo estaba allí, pero en especial el teclado y la guitarra principal, que jamás defraudaron en toda la noche. En la batería y el bajo, a pesar de una buena ejecución, se podía notar que su protagonismo no iba a trascender tanto.

La voz, si bien nunca empañó los números, siguió añorando la figura y estilo de Jim. Sin caer en la imitación exacta, los gestos y algunos textos eran una clara evocación, pero sin perder ese hálito de tributo musical.


Cuando empezábamos a relajarnos vino lo inesperado, a la gente que quedó afuera se le ocurrió que también querían disfrutar de la fiesta e intentaron entrar a la fuerza. Los policías apostados en los exteriores lanzaron gas lacrimógeno para dispersar, lamentablemente el “viento no estaba a nuestro favor”. No se de quién debemos cuidarnos más.

Todo el gas ingresó al recinto causando conmoción. Pao me miró y me dijo –ya no avanzo Pablo-… Lloroso al igual que mucha gente hice lo único que podía hacer, le dije que nos lanzáramos al suelo.

Con algo más de aire empezamos a prender el papel higiénico del bolso, luego el poster de una chica, luego más papel y finalmente alguien tuvo la desesperada idea de tomar las últimas hojas del libro de una amiga.

No fue sino después de este mal rato cuando reparamos en este detalle que obviamente no fue del agrado de algunos de mis amigos, a pesar de las sentidas palabras de disculpas de la persona que tomó esa decisión.
Ya nos habíamos perdido “break on trouhg”. Luego, el vocalista tomó la palabra y “fuckeó” a la policía y todos abandonaron el escenario ante la confusión general. Después de 20 mins regresaron con más aire y más música: “Alabama song”, “The soft parade” (para mi un tema inesperado y genial), “When the music is over” (para mi pagó la entrada). Todos ejecutados de manera impecable, calculando los momentos, los silencios, los tonos, los solos casi intactos. La motivación era elevarse y pretender el desate.

El Ágora, una vez más, olía a algo más que marihuana, olía a libertad musical, nos golpeaba una melancolía actualizada.
“When the music is over” compenetró a los/las asistentes, pesar de las limitantes del idioma y en alguna mayoría, las limitantes generacionales. Muchos esperaban escuchar “road house blues” o “people are strange” o tal vez “riders on the storm”, ninguno de estos números sonaron.
Había momentos en los que la gente de adelante me miraba con ansiedad pues yo no podía evitar cantar, pero lamentablemente nadie (o muy pocos, la verdad no los vi) me podía acompañar (después de The Beatles, las líricas de The Doors son las que más balbuceo jajaja).


Pero bueno, “When the music…” acogió el sonido original the doors, implementando casi a la perfección los espacios y esas palabras sueltas que caracterizan a la canción, en especial en la mitad y al final. Uno de los momentos más sublimes: luego de la reducción casi total del acompañamiento y el ritmo, el grito que hizo mella en esa época y que hasta ahora de una u otra manera las generaciones compaginan sin importar sus antecedentes referenciales… - We want the World and we want it now¡¡¡ (queremos al mundo y lo queremos ahora¡¡)… frase que subtitula este ensayadero.

jueves, 24 de abril de 2008

En la fila (crónica parte 2)

Después de haber contactado con una amiga, tuve que comprar los boletos a distancia y sin verlos sino casi 10 días después. Esto me quitó realmente ansiedad, las ubicaciones se acabaron rápidamente para el concierto en el Ágora de la Casa de la Cultura.

Los días transcurrían y nos preguntábamos si realmente esto iba a suceder. Me bajé de Internet un disco de los “riders”, lo que oí sinceramente no me convenció, en especial por el cantante nuevo. De todas maneras, la banda estaba allí, su música intacta y el llamado era claro para nosotros.



Eran The Doors, los mismos de las grandes jornadas en campus universitarios a finales de los 60s, los mismos que transportaron sin quererlo (en demasía) y con sobra de merecimientos, la lucha anti-bélica en EEUU. Los portadores de una confesión de una moral acabada.

Que estén sin Jim era un razonamiento que dejó de torturarme, más bien se convirtió en solidaridad, en un acto de memoria respetuosa y muy justa.

Cuando llegamos a la fila eran las 4 de la tarde y ya habían más de 100 personas, cada vez que volvíamos a ver hacia los primeros notamos que se agrandaba la fila hacia los lados.
Pasada las 5 de la tarde la amistad empezó a surgir de lados inesperados, probamos whisky, cerveza, shumir, cigarrillos, todo por cortesía de la gente de la fila ... y de nosotros mismos¡ Mis amigos y amigas empezamos a motivarnos más y ahora sí lo consideramos posible.


La reventa no hacía su agosto, muy pocos ofrecían localidades a precios que rondaban los 50 y 100 dólares. No faltó el pana que nos pidió que le guardáramos un “puesto más” y tampoco la guitarra para acompañar la espera.
Conocidos, amigos, amigas, todos pasaban saludando, se quedaron, brindaron, hasta que en un momento alguien dijo ya…¡¡


La fila por fin se movía, íbamos a entrar. Eran las 6 de la tarde, emocionados ignorábamos lo que pasaba lamentablemente en otro espacio de la ciudad y que posteriormente me referiré en este espacio, algo que África ya lo ha mencionado.

miércoles, 23 de abril de 2008

"Riders on the Storm" (Crónica - Parte 1)

Podríamos suponer que luego de aceptar el hecho de que nada es estático y que de alguna manera el tiempo define a la mente; asistir a una última función, será algo posiblemente irrepetible.

La música no puede estar exenta de cualquier gusto cultural en particular, es amplia y la única que ha demostrado hacer olvidar de nuestra mente el tiempo, o al menos obviarlo por un momento.

Con la llegada de the doors a Quito Ecuador, se confirma algo más que una buena publicidad y algunos réditos. La presencia de unos dinosaurios aparentemente excluidos de la conversación representativa del rock actual, vuelve a entrar en juego para asistir a un concierto más difícil, con retos tal vez más complicados que los experimentados en los 60s y 70s en todo el mundo.

Los Doors vienen de una disputa política, una de las más álgidas que el Establishment estadounidense ha experimentado en su interior. Sin adelantarme a que pueda existir otra conmoción social debido al hermetismo cultural y la canalización de la existencia, el momento histórico al que los Doors llegaron en la actualidad, merece detenimiento.

¿Dónde están las ideas en práctica? ¿Cuáles son las más convenientes para estos tiempos? ¿Hay todavía referentes para las luchas actuales?

Vivir la música es también vivir las ideas poéticas

Quiero presentarles en estas entregas del ensayadero una crónica que repasa y se cuestiona, que reseña y no solamente informa acerca de una forma de realización de los mitos por medio de un mentor y sus intérpretes.

Hace un par de días supe que comprar las entradas para the doors era algo que debíamos hacer. No sólo porque eran the doors (o parte de ellos) sino por su significado en nuestras vidas. Para mi the doors significa, como lo dijo algún día un articulista de Rolling Stones, “el lado inconsciente del rock”. Una propuesta tan válida que llegó a posesionarse como una bandera política sin más colores que los cambios. La diversión, el exceso, la promiscuidad, las drogas, son tan sólo un amuleto que lo portan quienes no han llorado, se han enamorado o se han arriesgado por sus propuestas líricas. No son tan sólo sentimientos de un poeta epicúreo moderno, sino el aullido de un león profético rodeado de placeres y resistencia ortodoxa que hicieron más grandiosa su caída y su póstumo engrandecimiento.

Me han dicho que no viví toda esa época y eso me estacionaría en los amplios parajes del apego y más no en la experiencia vivencial, yo les preguntaría ¿Acaso no fue válido para los contemporáneos de los 60s vivir algo que anhelaban con el corazón?

Como lo dije, en los artefactos, en los adornos, en las superficialidades de moda, tan sólo son una parte de quienes realmente se arriesgan al rock. Quien se fije tan sólo en las formas corre el riesgo de la disolvencia, de la profundidad insatisfactoria… Típico rasgo post modernista¡¡

lunes, 21 de abril de 2008

La música nuestra vida




Por: África


Desde tiempos remotos el ser humano ha dependido de las artes; el dibujo, el teatro, la música han hecho de este mundo un lugar encantador.

Todos tenemos nuestras tendencias y aficiones musicales, artísticas e ideológicas, todos estamos en la capacidad de crear y percibir.


Todos somos seres humanos envueltos en sensaciones, pasión y emoción.

El rock, el reggae, la salsa, el gótico, el pop, el jazz, (se me escapan algunos géneros y propuestas más) están en el mundo por nosotros, para darle de cierto modo un sentido a nuestras vidas.

¿Quién no ha dejado todo por ir a ver y escuchar a su grupo favorito?, ¿Quién no vive por la música? ¿Quién no la siente, la hace y la crea?

Está justificado. En todo momento de nuestras vidas la música nos acompaña, nos guía nos inspira. Esto era lo que sucedía el día sábado 19 de abril en una conocida discoteca del Sur Quito, una entrega artística, una cultura, la vida misma.

Un movimiento conocido en la ciudad pero no reconocido, criticado pero no indagado, interesante pero no atendido, era el partícipe de una tarde normal de arte y entretenimiento a su total estilo; vestiduras negras, rostros pintados, atuendos irrepetibles y letras fascinantes, nada más que armonías y cánticos que entusiasmaban la tarde con el frenesí que caracteriza a la música.

Mientras estaba en el concierto de The Doors, como algunos tantos; sentados en la acera tomando unas bielas y algo de licor, no imaginábamos que al otro lado de la ciudad, la desesperación y el fuego consumían voces y quimeras.

No pertenezco al movimiento rockero - gótico de Quito, pero el respeto por las tendencias musicales que exteriorizan el descontento social y proponen la humanidad, equidad social y amor, son de mi total admiración.

Por eso este manifiesto tiene un fin, el hacer llegar un intenso reclamo hacia las personas que descuidaron una organización tan importante como la de un concierto.

Si bien es cierto, todos los jóvenes que buscamos espacios para expandir un arte alternativo y contestario, no estamos apoyados por ninguna autoridad, nos organizamos fuera de la reglamentación y legitimidad y eso es importante para nosotros. Sin embargo, no podemos aguantar más la minimización de nuestras tendencias e identidades musicales. No más.

Y a todo esto desapruebo fuertemente a los medios de comunicación y a ciertas personas que critican los elementos simbólicos del movimiento rockero, signos que tienen enormes significados y valores, no estoy de acuerdo tampoco con títulos, ni resúmenes de algunas noticias amarillistas, ni de ciertos comentarios errados que degradan a este movimiento cultural.

¡Exigimos respeto por las diferencias sociales, ideológicas, culturales y artísticas de todos los seres humanos, demandamos libertad y alteridad!

¡El primer paso es el hacer sentir nuestras voces para poder llegar a los actos y ver resultados, eso es lo que anhelamos!


jueves, 17 de abril de 2008

Del cambio de la metáfora a la metonimia (una de tantas o pocas entregas que vendrán)



Antes era más complicado entender de una la letra de una canción o el mensaje oculto en una publicidad, uno indagaba sobre los mensajes ocultos en una publicidad o en un texto. Ahora la espontaneidad es devorada por la frontalidad, por decirlo de alguna manera. Confusos caminos pero mensajes re-obvios.

Si masticas chiclets estas bien (in) de lo contrario, si masticas otra cosa eres llama (out). El otro dia fui a un concurso de bandas, todo bien, pero fue difícil darse cuenta que algo está en furor, algo que la pam y la erika mi sobrina lo denominan chicos y chicas emo, esos que quienes quieren suicidarse con una cuchara de plástico, esos mismos, los que no quieren vivir sino morir viviendo.
Puede ser una opción, pero que ha cambiado algo por aca, ha cambiado.

Todas las bandas se parecían a kudai o a esas bandas que tocan con distorsión fuerte y una batería muy activa, bajos predominantes y ritmos muy rockeros que lindan con aquellas melodías de inicios de los 90’s; pero las letras pasan por un filtro liviano, rememorando viejas baladas de los 80’s; obviedades sentimentaloides sin desmerecer a los baladeros de esas épocas. En ritmo de rock era evidente la falta una buena represión policial o censura mediática. Todas las bandas se peinaban igual, se vestían igual, tocaban igual¡¡¡¡ y decían “gracias” cada dos estrofas. Sus fans gritaban sin casi oír nada (el sonido era malo de por si), les tomaban fotos y deliraban. Nuestros padres pudieron haber dicho lo mismo de nosotros, es cierto, pero no en estos términos.

Banda tras banda recurrían a los mismos quiebres, los mismos recursos, las mismas letras, los mismos covers¡¡¡¡¡ Puede ser que la edad me esté alterando, pero era demasiada coincidencia. Musicalmente podrían sonar, pero algo que nunca he podido renunciar es a esperar un mensaje en las obras, así sea un graffiti mal trecho en La Marín.

La renuncia generacional al parecer convive con la renuncia a decir las cosas con ocultamiento, los recursos estéticos son más evidentes, más rápidos, palabras más violentas… por decirlo de alguna manera: más metonímicos, menos metafóricos.

Al final clasificamos entre una desértica ovación y quiebre total con respecto a lo que se iba presentando en el local; es decir, bandas kudai, letras románticas sin muchas precisiones, covers que suenan transtornadas en algunas barras en el estadio y hasta destapes en escenario hasta los boxers. No digo que hayamos sido mejores, es más no veo futuro para nuestras creaciones con las exigencias de la vanguardia, pero al menos reafirmé que ahora quien quiere complicarse para decir algo debe ser más frontal.

Si es parte de la post modernidad, de las nuevas tribalidades, nuevas formas de expresión o lo que fuese, creo que podríamos discutirlo, pero por mi parte al ir desapareciendo la metáfora vamos perdiendo la capacidad de seducción, del juego mental, de la sospecha, y eso en términos sociales podría afectar la criticidad, la reflexión y sobre todo la creación.

Pero bueno guambras, si lo han tomado por mal lado o buen lado esto, tómenlo como una metáfora de mi crítica hacia lo que me pasó un día de concierto. No se si esté viejo, aún no quiero ponerme traje para trabajar y aun duermo en el sillón de la casa de los panas después de un chupe, pero creo que sí hemos perdido algo a través de los tiempos ¿Estamos en otra? ¿Será mejor o peor? … maldición, no lo sé¡¡

lunes, 7 de abril de 2008

La Zona II



Aclaración

Estos días Áfrika me ha estado haciendo entrar en la reflexión acerca de la zona… y de veras que no tengo nada contra este sitio ni su gente… sólo estoy en contra de la banalidad, de la visión de diversión infinita inalcanzable (aunque comparto su desesperación en parte), ese aire de distinción absurda pues convive con la miseria de la ciudad. El otro día veía llover en la zona y la gente corría a sus respectivos bares, creo que al fin y al cabo no es tan malo, es más creo que es un espacio de donde podría sacar más provecho que simplemente criticarla; ya hay algunas líneas más para una canción. De todas maneras, dudo mucho que cambie mi punto de vista con relación a la zona y aunque esta entrega tenga muy poco que ver con la prosa de la Zona I, al menos sirvió para redefinir mi distanciamiento que en verdad corría el riesgo de ser demasiado personal.

II
Las vertientes de autos y buses a las horas de la tarde de cualquier día, mezclan la semblanza del diálogo simple de una cita o una cita para bailar un ritmo de moda.Pero aun es más, es derroche, exceso, encuentro, afición, erotismo urbano. Materialidad o no, las modas se entremezclan de una u otra manera, la noche hace más vistosas las diferencias, los golpes, la delincuencia, los desencuentros.

Cada parlante de cada bar exhibe su variante cada dos cuadras jazz, rock, bosanova y más arriba reggaeton. Un bar de extremos, 40 improvizados, 100 borrachos, 6 asustados, mucho humo de todo, putas y cabrones, chicos y chicas, parejas enamoradas, encontrones, cerveza hasta las veredas, luchas tribales. Llueve truene o relampaguee.

Las microhistorias de tantas variantes de librepensadores, pescadores de la oportunidad, melancolía y moda a ultranza, tantas enumeraciones para miles de poemas y notas periodísticas y materiales para todos. Tal vez algun rato les diga algo más de este sitio que me llama la atención y me ofuzca.

jueves, 13 de marzo de 2008

La Zona I



No me importa lo que piensen o terminen de pensar en los cafés de intelectualoides o pensadores de cafetín. No tengo nada en contra de la reflexión, pero no me agrada la soberbia, la egolatría y peor aun la arrogancia.

Las calles se mojan y se vuelven a secar, el humo de la base y la marihuana se mezclan con los alardes de diversión de la “zona”. La gente va y viene, algunos con el sueño del turista local y otros con la fantasía de la re-apropiación instantánea. La cerveza es la misma, se venden los interiores de los locales, forrados de objetos aviejados y novísimas estatuas de vanguardismo.


Todos los nuevos colores por las mismas calles; se renuevan las ganas, pero el exceso y las aspiraciones de una diversión que nos lleve a una cumbre definitiva, nunca se dará. Aquí estan las listas de peticiones, membretadas para cada uno, luchando por la individualidad dentro de la generalidad.

Ayer, los bares, los prostíbulos, los moteles, las esquinas de venta, los hostales, las licorerías, estuvieron conformando un sitio de desfogue, un lugar a donde podamos escapar de la linealidad de las oficinas y los horarios, de los autos y los semáforos. Las aulas se quedan más vacías los viernes, despojadas violentamente de las presencias transformadas en entes de búsqueda mediante los antídotos propuestos en las estéticas del bar de moda. Una ingeniería revuelta entre publicidad y necesidades satisfechas, arcas de dinero con síntomas de metamorfosis. En la ciudad ayer se erigieron edificios angulosos y redondos, los nuevos dueños les cambian de nombre, de color, de tapetes, de gente, de show.

Tuve que ir con la guitarra, creo que la pasamos bien con la banda y los panas, pero aun no se me quita, ni después de esos conciertos, esa sensación efímera, festiva pero forzada.

miércoles, 12 de marzo de 2008

El Ensayadero

El ensayo no tiene la carga que tiene una presentación oficial ante el público y lo mejor es que se puede asistir gratuitamente.

También concierne a ese escrito en donde uno puede reflexionar o redefinir un tema, sin darle mucha importancia a la extensión del escrito y las formas de abordarlo.

El presente blog tiene esas insinuaciones, tanto la musical como la literaria. En esta época de libertades y prohibiciones extremas, tanto oficiales como informales, es necesario aplicar la democracia de las nuevas tecnologías.. así sea una aguja en el mar o resulte arar en el mar buscando arena.

Sí, claro que vale hablar de postmodernidad, osea de toda esta mezcla de añoranza (eterno retorno) y vanguardismo clásico, informe, caótico, ordenado por ficheros en los discos duros del mundo que carcome y construye a esto que aun llamamos la cultura.

No hay localidades y al mismo tiempo sí las hay, todo está conectado y atomizado... qué tal?
Bueno, para partir podré decir que me inclino por la primera insinuación del ensayadero. El lugar de ensayo musical es tan amplio y genial. Puedes parar la música, mirarla, hablar de ella, descomprenderte de su totalidad y volver a unirla. Pudes fumar y beber lo que quieras mientras construyes o redimensionas las partes del tema musical. Improvisas, realzas, te equivocas, te dejas influir...
La invitación esta hecha... vengan a ensayar por donde les plazca..¡¡
F. Pabloazul y Áfrika