miércoles, 23 de abril de 2008

"Riders on the Storm" (Crónica - Parte 1)

Podríamos suponer que luego de aceptar el hecho de que nada es estático y que de alguna manera el tiempo define a la mente; asistir a una última función, será algo posiblemente irrepetible.

La música no puede estar exenta de cualquier gusto cultural en particular, es amplia y la única que ha demostrado hacer olvidar de nuestra mente el tiempo, o al menos obviarlo por un momento.

Con la llegada de the doors a Quito Ecuador, se confirma algo más que una buena publicidad y algunos réditos. La presencia de unos dinosaurios aparentemente excluidos de la conversación representativa del rock actual, vuelve a entrar en juego para asistir a un concierto más difícil, con retos tal vez más complicados que los experimentados en los 60s y 70s en todo el mundo.

Los Doors vienen de una disputa política, una de las más álgidas que el Establishment estadounidense ha experimentado en su interior. Sin adelantarme a que pueda existir otra conmoción social debido al hermetismo cultural y la canalización de la existencia, el momento histórico al que los Doors llegaron en la actualidad, merece detenimiento.

¿Dónde están las ideas en práctica? ¿Cuáles son las más convenientes para estos tiempos? ¿Hay todavía referentes para las luchas actuales?

Vivir la música es también vivir las ideas poéticas

Quiero presentarles en estas entregas del ensayadero una crónica que repasa y se cuestiona, que reseña y no solamente informa acerca de una forma de realización de los mitos por medio de un mentor y sus intérpretes.

Hace un par de días supe que comprar las entradas para the doors era algo que debíamos hacer. No sólo porque eran the doors (o parte de ellos) sino por su significado en nuestras vidas. Para mi the doors significa, como lo dijo algún día un articulista de Rolling Stones, “el lado inconsciente del rock”. Una propuesta tan válida que llegó a posesionarse como una bandera política sin más colores que los cambios. La diversión, el exceso, la promiscuidad, las drogas, son tan sólo un amuleto que lo portan quienes no han llorado, se han enamorado o se han arriesgado por sus propuestas líricas. No son tan sólo sentimientos de un poeta epicúreo moderno, sino el aullido de un león profético rodeado de placeres y resistencia ortodoxa que hicieron más grandiosa su caída y su póstumo engrandecimiento.

Me han dicho que no viví toda esa época y eso me estacionaría en los amplios parajes del apego y más no en la experiencia vivencial, yo les preguntaría ¿Acaso no fue válido para los contemporáneos de los 60s vivir algo que anhelaban con el corazón?

Como lo dije, en los artefactos, en los adornos, en las superficialidades de moda, tan sólo son una parte de quienes realmente se arriesgan al rock. Quien se fije tan sólo en las formas corre el riesgo de la disolvencia, de la profundidad insatisfactoria… Típico rasgo post modernista¡¡

2 comentarios:

Pame dijo...

Yo me kedé puertas afuera en las Puertas!!! :(

Anónimo dijo...

Muy buena descripción!!! fue un momento innolvidable para quienes somos seguidores de los eternos clásicos. Espero pablin..las demás crónicas, las fotos y los videos! va estar super bacán!
Te quiero...