jueves, 27 de septiembre de 2012

Syd Barret, el ocaso permanente del arquetipo del anti-héroe y del mártir del rock


Syd Barrett - 1970

Syd Barret es una demostración de lo que el rock y el arte tienen que ver entre sí.
La vida inverosímil del creador de Pink Floyd, es también el descubrimiento de la realidad artística por sobre las exigencias del rock mercantil.

Quienes vivieron con Syd, no pueden terminar de describir, la gran explicación que tenía Syd para la vida. Nunca renunció al gusto por hacer música, aunque tiempo después Syd no se veía como una estrella retirada del rock precisamente.

Mucho tiempo pasó para que Pink Floyd pueda prescindir del aporte genial de Syd Barret, tanto en su música, como en sus líricas. Pink Floyd es su inspiración y muestra parte de su obra, que en sí fue directa, honesta, surrealista. 

Era 1970 y Syd dejó a Pink Floyd sin rumbo cierto. No sin antes hacer 2 discos en colaboración con sus amigos de su antigua banda.



Entrevista a Syd Barrett


Entrevista Exclusiva

(Entrevista Exclusiva (1970) y un Encuentro Repentino (2003)
Click en la imagen

Es una gran sorpresa que Syd Barrett haya renunciado a todo, inclusive a una de sus creaciones, como Pink Floyd. Esa es una de las grandezas cautivantes de Syd Barrett. 

El agradecimiento de Pink Floyd se transformó en sendas canciones muy famosas como "wish you were here", o el tributo mayor de la banda con "shine on you crazy diamond".


Cuando murió Syd un 11 de julio del 2006, el grupo Pink Floyd, lo describió como "la luz que guió la primera formación de Pink Floyd. Deja atrás un legado que continúa inspirándonos".

Syd Barret no es ni siquiera el antihéroe. Es un artista que caminó por sí sólo; a su perdición muchos dirían, debido a su excentricidad ligada con la locura. Una vida acelerada pero con pausas, muchas de ellas lo llevaron al ostrascismo en el mundo del rock comercial. Su inquietante alejamiento total, hace de la primera parte de la historia de Pink Floyd una especie de clave para el entendimiento de la banda, y de la historia del rock. Una historia, que en el caso de Barrett, le quita el peso con el que otras estrellas caminan, caminaron y caminarán, casi como una obligación: llegas, tienes un representante, grabas un disco, te haces famoso... Syd suspendió esa lógica, la rompió. 

Aunque al inicio de su carrera solista (1970) haría 2 álbunes con sus antiguos compañeros, Syd se fue disolviendo en su propio encuentro.
La obra de Syd Barrett merece un tratamiento con el deleite seguro de encontrar en su vida y obra, una especie de sinfonía en permanente producción y fuga.

Syd Barret - Dominoes (Ver Video)

Hay cosas que sería bueno tocar al final de este ensayo.

Syd Barret no pudo tolerar la condena de un mundo dado. Ni su clase social, ni su origen cultural, fueron impedimento para dejar todo de lado y mezclar su arte con su vida. Sin más. Sólo se abandonó en su búsqueda. Syd nunca tuvo un aspecto esperado, ni el comportamiento esperado para una genialidad o mártir del rock. Dejó al mismo rock en pleno auge de Pink Floyd (1967). Barrett un día tan sólo dejó de cantar en el escenario, dejó de tocar. Lo dejó todo como una extraña abrumación.

Apenas 2 álbumes, para todo un mundo de música y lírica, que se explica por sí mismo.

Ya no es necesario decir nada más aquí sobre Syd, los arquetipos del rock no se ajustan para describirlo.

Ya no importa en ese sentido, porque Syd nunca pudo funcionalizarse. Ese tal vez sea parte de su mensaje. Aunque muchos acusan a las drogas psicodélicas el daño en su personalidad, nunca perdió lucidez en su arte, porque no hay separación en el caso de Barrett. Su arte fue su vida.

Lucifer Sam - 1967 (Ver Video)

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